XXI
Hablando no se experimenta un placer que sea vivo y duradero, sino cuando nos es permitido discurrir sobre nuestros propios asuntos y de las cosas en que nos hallamos ocupados y que, en cierta medida, nos pertenecen. Cualquier otro discurso nos aburre al poco rato y lo que es placenterio para nosotros resulta tediosamente mortal para quien lo escucha…
Hablando no se experimenta un placer que sea vivo y duradero, sino cuando nos es permitido discurrir sobre nuestros propios asuntos y de las cosas en que nos hallamos ocupados y que, en cierta medida, nos pertenecen. Cualquier otro discurso nos aburre al poco rato y lo que es placenterio para nosotros resulta tediosamente mortal para quien lo escucha…
XXXIV
Suelen creer los jóvenes, de una manera bastante común, que son más interesantes fingiéndose melancólicos. Y acaso, cuando es fingida, la melancolía puede agradar durante un breve espacio de tiempo, especialmente a las mujeres. Pero si es verdadera, de ella huye todo el mundo y, a la larga, no es agradable, no es digna de provecho en las relaciones entre los hombre, sino la alegría. Porque, finalmente, contra lo que piensan los jóvenes, el mundo, y no se equivoca, no ama el llorar, sino el reír.
LXXVI
Nada existe en el mundo más raro que una persona habitualmente soportable.
Pensamientos